Con el Mar Cantábrico como punto de referencia, el pasado como baluarte y el futuro como destino, se mantiene en un lugar privilegiado del mapa Castro Urdiales. Sin perder su esencia y tradición pesqueras, ha sabido seguir el curso de los tiempos y pasar de ser una villa sustentada sobre un puerto ballenero a acreditarse como destino turístico de primer nivel, disfrutable con los cinco sentidos: escuchando el romper de las olas en sus agrestes acantilados, tocando la fina arena de sus playas a pie de calle, recreándote en el inconfundible olor de las barcas vaciando sus redes, saboreando sus frescos pescados y mariscos, viendo sus encantos naturales y los que le ha regalado la Historia. Quédate con este último sentido, con la vista, y relájate contemplando esta colección de imágenes en las que el autor ha volcado, a partes iguales, técnica y sentimiento.